miércoles, 25 de noviembre de 2009

Crisis para todos. Oportunidades sólo para algunos.


Un siempre recurrente slogan del management nos dice que en cada crisis hay también una oportunidad, y se busca ratificarlo haciendo referencia a que en la escritura china la palabra "crisis" se escribe igual que "oportunidad".
Por supuesto, ninguna de las dos cosas son totalmente ciertas.
Hasta en un capítulo de la serie animada norteamericana "Los Simpsons" se hizo referencia a este mito.
En el idioma chino, la palabra “crisis” se compone de dos ideogramas:
• Wēi (危) que se traduce como “peligro”.
• Jī (simplificado: 机, tradicional: 機) que, entre otras, se puede traducir como “chance” u “oportunidad”.
Es decir que, de acuerdo a la escritura china, podemos ver una crisis tanto como un peligro como una oportunidad.
En este sentido, numerosos especialistas han querido mostrar a la reciente crisis económica y financiera internacional como una oportunidad. Pero aquí es donde debemos detenernos y pensar seriamente, para que y para quienes es la oportunidad. Seguramente no es una oportunidad muy positiva para los nuevos millones de pobres y desempleados, o para los que perdieron su vivienda, o para los accionistas de los numerosas empresas quebradas o profundamente devaluadas. Como sí puede haber sido una gran oportunidad para los que especularon con la burbuja o los managers con "paracaídas de oro".
Claramente si restringimos el término oportunidad a la posibilidad de encarar nuevos negocios o de abarcar nuevos mercados, seguirá habiendo ganadores y perdedores.
El caso de la Gripe A H1N1 es un ejemplo de ello: la excelente oportunidad de los fabricantes de productos de limpieza, alcohol en gel, barbijos, deliverys y alquiler de dvd's fue la contracara de la profunda crisis del sector turismo, transporte, espectáculos y comercio minorista.
En estos casos la crisis nos llega a todos, pero sólo unos pueden aprovechar la oportunidad.
Pero, asimismo podemos ver otras oportunidades más convenientes, que no salven a unos pocos sobre el fracaso de otros, sino que sirvan a la economía en su conjunto, también para prevenir nuevas crisis.
Así esta crisis es una oportunidad para repensar seriamente el papel regulador de los estados en el mercado financiero, la importancia de la ética y la responsabilidad social en los negocios, la imperiosa necesidad de un desarrollo sustentable, el combate a la burocracia y la búsqueda de la eficiencia en el marco de un nuevo modelo gerencial productivo.

1 comentario:

  1. Prokopez Nadia Vanina3 de diciembre de 2009, 15:22

    No pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo.
    La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países porque la crisis trae progresos.
    La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura.
    Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar 'superado'.
    Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones.
    El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones.
    Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos.
    Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia.
    En vez de esto trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora que es la tragedia de no querer luchar por superarla.

    Dar esta vuelta de tuerca es lo único que nos permite amigarnos con nuestro presente...
    Genio Einstein!

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