La empresa elegida es
un emprendimiento gastronómico dedicado a la producción y comercialización de
pizzas y empanadas. La marca es Muzarella, este es el nombre conocido por el
público y presente en el logo, aunque la denominación social es Pizzas y
Empanadas SRL. La empresa cuenta con seis sucursales ubicadas todas dentro de
Capital Federal, con no más de 40 cuadras de distancia entre una y otra. El
actual gerente general de la firma es también su dueño y fundador. Carlos
Banchero, un señor de 54 años, había trabajado siempre como técnico en
refrigeración por su propia cuenta. Pero él no estaba conforme, él quería
constituir un negocio. Fue así que, en el 2001, abrió un local dedicado a la
venta de pizzas. Teniendo en cuenta la situación económica del país para ese
tiempo, priorizó mantener los precios más bajos posibles para poder acceder al
público con el que contaba que, mayoritariamente, estaba empobrecido o cerca de
estarlo. La pizzería empezó a funcionar, a rendir y, como era de esperarse, a
expandirse. Primero, se incluyeron las empanadas en el menú, después se fueron
abriendo otros locales y, finalmente, se incorporó la producción dentro de la
propia empresa. El último cambio, el más novedoso y que implica un gran
crecimiento como emprendimiento, es la separación de la administración como un
área diferenciada, que llevó aparejado la apertura de unas oficinas en un
departamento dedicado exclusivamente a tareas administrativas. Esto implicó la
separación de este sector que antes se llevaba a cabo desde los mostradores de
los locales en los tiempos muertos.
Esta expansión se concretó mediante la progresiva incorporación de la familia en la empresa. Carlos, el dueño y gerente, está casado y tiene dos hijos. En sus inicios, trabajaba solo, cuando fue abriendo locales, su mujer empezó a tomar en sus manos la conducción de algunos de ellos. Después, los hijos fueron creciendo y, a medida que alcanzaban la edad suficiente, fueron incorporándose a la empresa. Hoy, mientras Carlos lleva la gerencia general, Miriam (su mujer) es la gerente administrativa y sus hijos son los responsables uno del área de comercialización (tiene a su cargo los locales de venta al público) y otro del área de producción (se ocupa del funcionamiento de la fábrica). Así, mientras la empresa fue creciendo, también fue adquiriendo el carácter de familiar, que hoy es uno de sus rasgos principales.
Aspecto a Destacar
Lo que más nos llamó la atención de la empresa elegida es el proceso de profesionalización que está atravesando. Tomando en cuenta que la misma empezó como una actividad secundaria de Carlos Banchero, quien era técnico en refrigeración y quería probar hacer otra cosa; es llamativo el crecimiento que ha protagonizado en no tantos años. Además, este último ha permitido la incorporación de la familia a la empresa. Estos dos procesos, íntimamente vinculados, donde ambos son causas y ambos son efectos, nos llamaron la atención.
El hecho de poder formar por años a sus
hijos, que conocen la empresa desde su fundación y saben bien los objetivos de
su padre y sus ideas para concretarlos; impulsó a Carlos a decidir expandirse.
Además, de la motivación personal de que su propia familia continuara el
emprendimiento que él inició y lo hiciera crecer.
La incorporación de la familia no fue
repentina, sino gradual, adaptándose a las necesidades tanto de las personas
como de la empresa. Primero, se formalizó la participación de Miriam (que desde
el principio colaboró) delegándole toda la parte administrativa. Una vez que
los hijos tuvieron edad, empezaron a trabajar en la empresa, desde los puestos
más bajos de la pirámide hasta uno de los más altos. Iniciaron manejando las
cajas de alguna sucursal, un trabajo de medio tiempo, que les permitió hacer
carreras universitarias mientras tanto. Luego, con el tiempo, conociendo más la
empresa y su funcionamiento, lograron ser encargados de locales. El más grande,
pronto, se convirtió en el gerente del área de comercialización cuando su padre
decidió delegar esa función para poder dedicarse a la producción más en
profundidad. El hijo menor, dejó su puesto como encargado, para convertirse en
mano derecha de su padre en el área productiva. Así fue conociendo el trabajo
y, finalmente, accedió a la gerencia.
Todo ese proceso, que le llevó años, fue
ideado por Carlos, quien hoy está donde desea: se encarga de la planificación y
la logística de la empresa, que ya no le demanda tanta presencia. Antes él era
fundamental, era él que llevaba a cabo todos los procesos. Hoy, si bien conoce
todo lo que sucede en su empresa, no es el que debe estar presente en el día a
día y se limita a la solución de conflictos de la misma y la planificación
general.
Además, la incorporación de la familia
permitió que la empresa se desarrollara, se expandiera (mediante la apertura de
nuevos locales) y se tornara más profesional (lo cual se ve claramente con la
departamentalización construida recientemente). Lo más llamativo, fue el éxito
que logró, algo que Carlos Banchero nunca hubiera imaginado hace 15 años.
Otro punto que queríamos destacar, era que el
éxito del que hablábamos está muy relacionado con la interpretación del entorno
que caracteriza a la empresa. La misma surgió en una de las más grandes crisis
económicas del país y, mientras otras quebraban, esta logró consolidarse y
fortalecerse para, años más tarde, poder expandirse. Esto se lo atribuimos a la
capacidad de notar a qué parte de la población dirigir los productos, con qué
productos poder llegarles y a la adaptación de toda la estructura hacia lograr
un precio de venta que permita captar esa población y sacar ganancias.
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