Una investigación conjunta realizada por la Fundación la Alameda y el diario Democracia (dada a conocer el lunes 6 de junio) localizó y filmó al taller clandestino en dónde realizan los vestidos de tres de los más famosos diseñadores de moda: Benito Fernandez, Jorge Ibañez y Laurencio Adot. En el taller ilegal de la calle Pitágoras 1790 del Partido de Avellaneda trabajan a destajo siete costureros, la mayoría migrantes. En una jornada laboral que comienza a las ocho, pero que puede extenderse hasta las diez de la noche a razón de seis pesos por hora (casi la mitad de lo que indica el convenio y sin ningún tipo de aportes) los costureros confeccionan los vestidos encargados por clientes famosos nacionales e incluso internacionales.
A partir de esta noticia, y de los supuestos descargos realizados por algunos famosos diseñadores elaboramos una nueva encuesta del blog, a la cual los invitamos a responder eligiendo una o varias opciones de las propuestas en la columna izquierda de la página.
Los resultados serán publicados como nota del blog una vez concluido el plazo para responder la misma.
Muchas Gracias por participar!!!
Hola profesor, procedo a dejar mi comentario.
ResponderEliminarYo he votado por la opción de que la Justicia debe actuar rápidamente y contra todos los responsables de la cadena productiva (es culpable todo aquel que conoce la falta en las reglas y no lo denuncia), aunque también pienso que debe ser una política prioritaria (El estado debe estar presente para combatir todo aquello que no esté de acuerdo a las reglas).
Creo que desde el hecho de que un empresario sea cual sea no "blanquea" a su personal perdemos todos.
¿Por qué?
Por que el dinero recaudado por impuestos por parte del Estado tiene como destino mantener el servicio público (Salud, educación, limpieza, seguridad) que todos usamos. Cada uno que no contribuya está haciendo más pobre a este país, es por eso que debe ser perseguido por la justicia, regularizar al damnificado y contribuir en esta oportunidad con creces por estar en infracción.
No creo que los talleres con trabajadores esclavos sólo se dediquen a la falsificación de marcas, de seguro que también los hay (y muchos), pero ya hemos visto como el Caso Nike impacta al mundo por su explotación en el sur de Asía, y estamos hablando de unas de las empresas deportivas más conocidas en el mundo, por no decir la más conocida.
Estas cosas sirven para que nos replanteemos la situación social y laboral de nuestro país, y quedará en nosotros castigar a aquellos que hacen las cosas mal y premiar a aquellos que hacen las cosas bien.
Personalmente me siento mejor cada vez que compró algo, a igual oferta de producto, que es comercializado por una empresa que cumple con las reglamentaciones.
Desde aquí mi humilde opinión.
Sonego Grassi Franco Mario